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¿Qué es la arquitectura vernácula?

La arquitectura vernácula se puede definir como una tipología de carácter local o regional, en la que se utilizan materiales y recursos del entorno donde se inserta la edificación. Son, por tanto, arquitecturas directamente relacionadas con el contexto, influidas y atentas a las condiciones geográficas y aspectos culturales específicos de su inserción y, por ello, se presentan de manera única en distintas partes del mundo, siendo consideradas, incluso, un dispositivo para la afirmación de identidades.

Ante tales singularidades, la definición de arquitectura vernácula puede volverse igualmente dudosa. Motivado por este impasse, Paul Oliver en su libro Construido para satisfacer las necesidades: cuestiones culturales en la arquitectura vernácula (2006), resultado de un proyecto titulado Enciclopedia de la arquitectura vernácula del mundo, planteó la necesidad de una definición más refinada del término. Su investigación resultó en una categorización establecida como una arquitectura que comprende las viviendas y otras construcciones de los pueblos, relacionadas con sus contextos ambientales y los recursos disponibles, construidas consuetudinariamente por su propietario o por la comunidad, utilizando tecnologías tradicionales. Son formas construidas para satisfacer necesidades específicas, para acomodar valores, economías y formas de vida de las culturas que las producen.

Construcción con sistema Lak a uta

Siguiendo esta definición, Rubenilson Brazão Teixeira (2017) sintetiza dos características principales relacionadas con la arquitectura vernácula: la tradición y la contextualización. Afirma que toda arquitectura vernácula es tradicional en el sentido de que surge de un pueblo determinado y se desarrolla como resultado de un largo proceso temporal, siempre a partir de formas familiares, consagradas por generaciones anteriores. Junto a esto, también existe en la arquitectura vernácula, y como se mencionó anteriormente, el respeto por las condiciones locales, destacando su gran sensibilidad al contexto geográfico en el que se inserta, incluyendo el clima, la vegetación y la topografía.

Debido principalmente a este último punto, la arquitectura vernácula ha sido discutida y revisada en muchas prácticas arquitectónicas contemporáneas, asumiendo un papel importante en la sociedad actual, ya que las características bioclimáticas de estos edificios son ejemplos de sostenibilidad arquitectónica. En este sentido, se están estudiando y reproduciendo comportamientos arquitectónicos antiguos en proyectos que pretenden, por ejemplo, reducir el consumo de energía con estrategias de confort termoacústico pasivo, emitiendo la menor cantidad de CO2 posible al entorno.

En Colombia, unos de los principales investigadores de la arquitectura vernácula son el arquitecto Darío Ernesto Angulo Jaramillo y la arquitecta lucia Garzón, quien en la actualidad trazan la historia de la arquitectura Colombiana, rescatando y desarrollando técnicas  como el adobe, el bareque, la tapia pisada, bloques de tierra comprimida, entre otros. Estructuras que, a pesar de aparecer casi instintivamente, han ido mejorando sus técnicas con el tiempo, asumiendo hoy también un alto grado de sofisticación.

Además de la cuestión sostenible, la arquitectura vernácula arroja luz sobre otro aspecto fundamental a explorar hoy. Al representar la identidad cultural de un determinado pueblo, se convierte en una herramienta para fortalecer el vínculo entre la población y su ubicación geográfica, fomentando el sentimiento de pertenencia al espacio habitado. Eslabón tan importante para la actualidad, cuando parece existir una tendencia a la fragmentación del individuo condicionada por las continuas transformaciones de los sistemas culturales.

En análisis de las entrevistas realizadas por diferentes medios a los arquitectos Darío Ernesto Angulo y lucia Garzón. Se puede concluir que el uso de materiales locales, baratos y de fácil acceso aporta un acercamiento a la identidad arquitectónica que, a su vez, aporta inclusión, identificación y compromiso comunitario y nos ayuda a definir la arquitectura vernácula como una arquitectura que respeta y se adapta a las limitaciones físicas y tecnológicas de su contexto, planteadas como el resultado genuino de su lugar, su gente y su historia.